Como el pueblo de Dios no hace caso de las amonestaciones de Dios, Él en su infinito amor trata de atraerlos a él por cualquier medio. En este caso vemos que Dios comienza a privarlos de sus bendiciones. Los privó de pan, hubo hambre, pero no se volvieron a Dios (4:6); Los privó de lluvia, hubo sequía y sed, pero no se arrepintieron (4:7-8); Los privó de su protección del viento y las plagas de insectos, y estas devoraron todo, más no se volvieron a Dios (4:9); Los privó de protección de modo que hubo mortandad por causa de la espada, pero no se arrepintieron (4:10); Así como Dios trastornó a Sodoma y Gomorra los trastornó a ellos, esto nos muestra la magnitud de su castigo, pero aún así no se volvieron a Dios (4:11). De esta manera Dios les muestra como su obstinación para volverse a Él los llevara cada vez más lejos, y les acarreara peores consecuencias cada vez. Dios les advierte que si ellos no se arrepienten todo eso que les dijo más arriba iba a venir sobre ellos, y les dice “…y porque te he de hacer esto, prepárate para venir al encuentro de tu Dios, oh Israel” (4:12). Pero por sobre todo Dios demuestra su eterno amor aun en esto, porque no los va a castigar por diversión sino con un amor que esta dispuesto a todo con tal de que sus hijos se vuelvan a él y no sean destruidos (4:13).
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